Txema - A la sombra de mi sombra

Los derbis sevillanos entre Sevilla FC y R. Betis siempre han sido interesantísimos. Bien sea por el ambiente de la afición, por las declaraciones previas, por el juego desplegado, por los goles, por las expulsiones... pero hay algo que desde hace 10 años no cambia. Y es que con el de hoy, son 10 años consecutivos en los que el equipo verdiblanco no consigue llevarse la victoria de ese bastión sevillista llamado Ramón Sánchez-Pizjuán.

El ambiente previo al partido era excepcional, con ambas aficiones cantando sus respectivos himnos centenarios y con una demostración por parte de Biris-Norte de arte, poderío y buen gusto. Los Biris mostraron uno de los tifos más impresionantes que aquí un servidor haya podido ver en toda su vida, si no el que más. El Gol Norte del Pizjuán se convertía en los instantes previos al partido en un templo griego donde la Diosa Niké posaba orgullosa con los dos títulos continentales conseguidos por el Sevilla FC, mientras el resto del estadio mostraba un mosaico de 42.000 banderas blancas. Impresionante. La afición marcó el primer y más importante gol del partido... el anímico. Luego comenzó el partido en sí, con dos equipos plantados sobre el césped sabiendo lo que se jugaban. En el terreno de juego "sólo" son 3 puntos, pero fuera de él, y en una ciudad como Sevilla, el perdedor sabe que le queda mucha guasa que aguantar hasta el siguiente derbi.

Ambos equipos estuvieron muy igualados en los primeros compases del partido, disfrutando ambos de alguna ocasión clara para adelantarse en el marcador. Pero tuvo que ser Freddie Kanouté, el de el gol 3000 en Primera, quien pusiera a su equipo por delante tras un rechaze que Kepa no logró controlar. Tras el 1-0, en el minuto 26 de la primera parte, el Sevilla se acomodó sobre el césped y se confió. Tanto es así que una jugada desgraciada, a la par que poco usual, de David Castedo, intentando retrasar el balón a su portero, le puso un balón en profundidad totalmente perfecto a Sobis, que batió a Palop con signos de calidad en sus botas consiguiendo su primer gol con la elástica bética. Corría el minuto 41 y las tablas estaban en el marcador mientras llegaba el descanso.

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