11.1.06
Con más pena que gloria, pero palante...
Dicen que todos tenemos que tener algo en lo que creer, algo para soñar y seguir luchando cada día. Porque si no tuviésemos esos motivos o razones, la vida no sería más que un sinsentido de días tras días, horas por horas y años que dan paso a otro sin ningún tipo de aliciente ni sal para darle sabor al asunto.
Para mí, ese aliciente no es otro que el amor y la profunda pasión que siento por Tere (que tampoco le van las cosas demasiado bien, la verdad) y, aunque suene a broma, el fútbol.
Sé que no son comparables, pero a mí son las dos únicas cosas que me hacen saber que tengo un sentimiento adentro y que soy capaz de sacarlo y demostrarlo, a su respectivo nivel y por supuesto sabiendo que el fútbol es solo un entretenimiento. Pero gracias a ambas cosas consigo sonreir un poquito a lo largo del día, y eso se agradece.
Ayer estuve con mi niña después de clase, y al menos durante ese ratito, conseguimos estar en nuestro mundo con nuestras movidas y, al menos durante ese ratito, conseguimos ser felices.
Hoy juega el Sevilla. Si pasamos de ronda me alegraré mucho, pero si no, pues no pasa nada. Realmente hoy me da bastante igual el resultado. Lo que me gusta de hoy es que durante los 90 minutos de partido, el ratito de antes y el de después, estoy en otro rollo diferente y no tengo historias en la cabeza por las que estar preocupado.
El fútbol es el opio del pueblo, ¿no? Pues bienvenido sea, porque no veas lo bien que me viene. Menos mal que tengo a mi novia y los amigos, porque si me tuviera que quedar en mi casa... malo. Y cuando me quedo, me pongo la música a toda voz y me recluyo en mi habitación, donde al menos no hay gritos.
Txema
